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La noche, me lleva a esa fascinación por la obscuridad y las sorpresas que nos puede ofrecer en ocasiones, pues entrados ya en la madrugada, decido visitar este cinco veces centenario ciprés en el "Valle del Paraíso", le pido permiso para fotografiarle sin la menor intención de molestar su apacible sueño arrastrado por el cansancio de los siglos y, a cambio, permite a mi cámara recoger algunos detalles de la energía acumulada en aquél lugar, mostrándonos por una parte sus ancianas y retorcidas ramas con cierto aíre de mistério y, por otra parte, esos cúmulos de energía en forma de circulos que deambulan por aquéllos lugares.
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