miércoles, 4 de mayo de 2011

EL ORIGEN DE LAS MOMIAS EGIPCIAS.

La momia de Seti I que se conserva en el Museo del Cairo.




El arte de la momificación no nació de la nada ni se inventó en un solo día. Existe un proceso largo en el tiempo que nos lleva desde el neolítico hasta las técnicas de momificación más avanzadas.

Todo empezó por la causalidad. Los egipcios del neolítico enterraban a sus muertos bajo la arena del desierto, en lugares en donde no hubieran tierras fértiles que malgastar con enterramientos.

En estas zonas desérticas y secas la arena y el clima actuaban como secantes naturales y absorvían todos los líquidos de lo enterrado.

Por casualidad, los egipcios observaron que las tumbas que los enterramientos que habían sido saqueados o excavados por animales carroñeros, contenían el cuerpo del difunto momificado de forma natural.

Pensaron entonces que enterrarlos de esa forma conservaba el cuerpo del difunto para la otra vida y empezaron a desarrolar sistemas para secar mejor y conservar los cuerpos para su momificación.

Este proceso duró siglos y el descubrimiento del natrón como secante natural aportó un gran avance en la técnica de momificación que alcanzó su nivel más elevado en el imperio nuevo.

Una de las momias mejor conservadas es sin duda la momia de Seti I que ha servido de inspiración para películas y leyendas fantásticas sobre las momias.


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