Un abrazo no se niega. Es una expresión de amor. Y de acuerdo a varios autores, entre los cuales podemos encontrar a Walter Riso, el amor puede ser del tipo “Eros”, “Ágape” o “Ailios”. El “Eros” es el amor pasional, el “ágape” es el amor desinteresado hacia las demás personas, y el “filios” es el amor “familiar”. Y es que un abrazo puede ser terapéutico. De hecho hay toda una disciplina de la abrazo terapia. Algunos beneficios que se pueden alcanzar con la abrazo terapia son: • Nos rescatan de la soledad y el aislamiento. No estamos solos, no somos el centro del Universo. Somos el Universo. • Guían el auto conocimiento potenciando la autoestima. • Facilitan los desbloqueos físicos y emocionales. • Nos permiten vivenciar la integración de cuerpo, mente y emociones. • Nos ejercitan en la empatía. • Nos sitúan plenamente en el Aquí y el Ahora. • Favorecen la comunicación afectiva con nosotros y con el otro. • Estimulan la gratitud. • Despiertan la creatividad. • Impulsan a una actitud Pro-activa en la vida. • Conectan con la intuición. • Favorecen el entrenamiento de respuestas asertivas. • Devuelven la ilusión, la alegría y el buen humor, puesto que la risa es su fiel compañera. • Le brinda reconocimiento y protección a nuestro “niño interior”. • Potencia la resiliencia. Si te da miedo dar un abrazo, debes analizar el por qué de tus temores. ¡Abrázame!
Anónimo
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