Dos testimonios muy entrañables, que a pesar de que el tiempo no perdona a nada ni a nadie, quedaron atrapados en esta fotos, para que ahora, muchas de las personas que tuvieron ocasión de vivir aquél tiempo, puedan recordar con cierta añoranza nostálgica cada instante pisado en aquéllas plazas de cuando entonces.
En ellas, podemos ver el carruaje aparcado en la Plaza del Mesoncico en los años cincuenta y, sin problemas de aparcamiento, atascos o multas, pues entonces la tranquilidad era el mejor elemento de nuestras calles, al mísmo tiempo que se deja ver el antiguo reloj de la torre de la Concepción con sus números arábigos, foto, que sirvió de testimonio para su reposición despues de comprobar esta foto y, resultando un nuevo reloj con números romanos...¡Qué extraño!
En la otra vista coloreada que tenemos, se aprecia claramente el antiguo Jardín con su fuente de catarata en la Plaza del Castillo, desaparecido en el año 1981 y sustituído por el actual.
En ellas, podemos ver el carruaje aparcado en la Plaza del Mesoncico en los años cincuenta y, sin problemas de aparcamiento, atascos o multas, pues entonces la tranquilidad era el mejor elemento de nuestras calles, al mísmo tiempo que se deja ver el antiguo reloj de la torre de la Concepción con sus números arábigos, foto, que sirvió de testimonio para su reposición despues de comprobar esta foto y, resultando un nuevo reloj con números romanos...¡Qué extraño!
En la otra vista coloreada que tenemos, se aprecia claramente el antiguo Jardín con su fuente de catarata en la Plaza del Castillo, desaparecido en el año 1981 y sustituído por el actual.
2 comentarios:
Siempre es muy agradable ver fotos de hace tiempo. Nos proporciona una sensación inquietante porque nos muestra lo efímero que es todo. Y más ahora, cuando en pocas décadas hemos transformado nuestro entorno más intensamente que en muchos siglos de historia.
Gracias amigo anónimo por tu comentario, aunque para mí y en este caso concreto, eres un anónimo muy trasparente.
Si, es reconfortante poder volver la vista atrás de vez en cuando, aunque sea a través de las fotos, pues para mí no dejan de ser como un viejo espejo de nuestros antepasados, al que no no queremos mirar por no darle la razón como a los viejos, ya que en ellos esta la voz de la experiencia a la que hacemos oídos sordos, tratando de anteponer nuestra inexperiencia a toda costa de forma impositiva, con razón o sin ella.
LA HISTORIA SEGUIRA CRECIENDO Y, NOSOTROS DISMINUYENDO.
UN SALUDO JS.
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