En uno de sus paseos rutinarios por el campo, nuestro amigo Francisco Jesús Hidalgo García, archivero municipal, pero también buen conocedor de la Geología por sus grandes aficiones a esta rama, ha tenido el acierto, de encontrar algunos de los restos de señales que el tiempo nos dejó como testimonios de la vida en Cehegín hace unos 30.000 años, pues la foto que contemplamos, es una clara muestra de ello, tratándose según palabras del propio protagonista de este hallazgo, del molde que dejó un árbol de reconocido tamaño y diámetro, del periodo pleistoceno, hallado en una formación de tobas perteneciente al periodo de la glaciación Würm, dentro de un ínter estadio de la misma mas templado. Según asegura Francisco Jesús, había un manantial en este lugar de gran abundancia de agua, convirtiendo toda esta zona en un verdadero paraíso. El mencionado árbol ha desaparecido con el paso inexorable del tiempo pero, ha dejado su huella y parte de la corteza entre la masa de tobas que las envuelve, formadas por la precipitación del carbono cálcico de las aguas cuando salen a la superficie en las fuentes o manantiales.
El clima era templado en esta época y de abundante agua, como así lo indican los fósiles de abundantes hojas y plantas en la formación tobácea y, que son de hoja caduca.
El clima era templado en esta época y de abundante agua, como así lo indican los fósiles de abundantes hojas y plantas en la formación tobácea y, que son de hoja caduca.
1 comentario:
Bustamante,¿en qué andurriales perimetrales del núcleo urbano se ancla dicho depósito calcotobáceo?.En ciertos lares más proximales se pueden encontrar depósitos coralinos de la misma procedencia calcárea precipitosa.
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