RESPUESTA URGENTE:
La incultura junto con la envidia, son dos de los muchos componentes que al darse en la misma “persona” forman un cóctel que les lleva a su propia destrucción.
Este escrito va dirigido a la “persona” o “personas” que como tales dejan mucho que desear, haciendo comentarios insulsos y obsoletos escudados detrás de un nombre “robado” a un personaje público, ya que su propio nombre jamás podría figurar en ningún otro sitio, que no fuera la interminable lista de rastreros y carroñeros indeseables.
Está demasiado claro, que ante una ojeadita a las palabras y términos utilizados, no necesito esforzarme lo más mínimo, para dejar claro un contundente análisis de la bajeza calamitosa de ciertas alimañas de la sociedad, algo así, como las hienas que tratan de desgarrar a tiras los logros de otros con mucho más éxito social y cultural.
Gracias a Dios y a mi esfuerzo único y solitario, he conseguido que me tengas envidia.
Todo lo que soy, se lo debo sólo y únicamente a mi propio esfuerzo, pues antes de que tu nacieras y mamaras (vaya usted a saber qué), yo estaba de vuelta de más del cincuenta por ciento de la vida, cosa que tú, necesitarías nacer diez veces más (Dios quiera que no), para alcanzar tan sólo, el diez por ciento de lo que yo fui.
Quiero agradecer ese comentario tan inútil para la sociedad, porque gracias a él, yo he podido demostrarte que soy lo suficientemente culto y capaz, para sacar de donde no hay, arrancándote esa máscara barata del todo a cien detrás de la que tratas de esconderte inútilmente, pues los que sois así, siempre tendréis la misma cara.
ATENCIÓN: Sólo para aludidos y, a quién le pique que se rasque.
AUTOR: FRANCISCO ORTEGA BUSTAMANTE.
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