El majestuoso y cinco veces centenario ciprés, nos saluda con su aparente y dura firmeza, compartiendo la delicadeza de los lírios bañados por las aguas.
Ambas escaleras, son lavadas con las aguas dejadas por la tormenta de la tarde en su primera entrega, ya que un poco después, ha sido más generosa en cuanto a cantidad.
Begástri, dónde ésta tarde, las nubes montaban guardia sobre sus antiguas y milenarias murallas, haciendo destacar el "contraste", entre el ayer y el hoy, con las diferentes culturas y sus formas de pensar.
El fiel amigo del hombre, monta guardia a pesar del chaparrón, pensando que el hombre podría acordarse de él.
Una sorprendida mariposa, posa para la cámara con toda naturalidad y belleza desde la rama de un almendro bastardo.
Otros lugares de Cehegín en donde apreciar la impronta de las turbias aguas de lluvia y, su afán por desaparecer entre las rejillas carceleras.
Con la última cucharada de arroz dominguero, he sentido la llamada del trueno. ¡Me recláman!. Con la cámara en una mano y el paraguas en la otra, me he sentido como los cazadores de grandes tormentas americanas, aunque para nosotros, con un par de nubarrones y cuatro truenos ya es suficiente para comentarios, novedad y el ver discurrir las aguas por las angostas calles cehegineras.
Pero yo, intentando jugar a la aventura como motivo de evasión para salir del amparo de nuestras centenarias casas, también he visitado el campo después de su primera ducha vespertina, encontrándome con algunas cosas curiosas y candidatas a ocupar estas páginas que todos compartimos.
5 comentarios:
Después de ver estas fotos, no sé quién es más trotamundos... Un abrazo FOB
Bueno Antonio, creo que tú aún tienes la cuerda más larga que yo, lo cual te permite otro tipo de aventuras que abarcan un radio mayor, y encima, jodidamente haces bien. Pasatelo lo mejor que puedas antes que te hechen el guante los años.
Un abrazo.
Tomo nota Paco.
¿No entró alguna riada por las casas?.
No, que yo sepa,Incisivo, además de que llovió en dos veces y no se acumularon cantidades excesivas, aunque sí sustanciosas.
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