EL PUENTE DE LOS PERIFOLLOS, EL PUENTE DEL CHIRRO O DE LOS MUERTOS, EL PARAJE DEL SECO, EL CAMPICO Y EL TOYO.
Todos estos lugares que acabamos de mencionar, se encuentran cogidos de la mano casi en un mismo espacio no mayor de quinientos o seiscientos metros entre los dos extremos.
Con la finalidad de resumir sus ubicaciones y significados de sus nombres, empezaremos por el “Puente de los Perifollos”, inaugurado en el año de 1925-27, y construido con la finalidad de dar continuidad al camino viejo del cementerio y al del Toyo, dejando el paso libre bajo sus muros al futuro tren que pasaría a partir del año 1933 hacia Caravaca.
Junto al mencionado puente, vivía una familia apodados “Los Perifollos”, tomando este nombre el puente como referente por su inmediata cercanía.
Fina, una señora de avanzada edad que sigue viviendo a escasos metros del lugar, resulta ser también descendiente de “Los Perifollos” y, me cuenta que en cierta ocasión, su tatarabuelo organizó una rifa o sorteo de un cordero con la finalidad de recaudar dinero para una fiesta, pero al parecer, se pasó un poco en adornar al animal para llamar más aún la atención, que en el lenguaje popular, se llama “emperifollar” o “emperifollarse”, quedando con el apodo por haberle puesto demasiados “perifollos” (adornos), cargando a partir de ahí como “el de los perifollos”, fecha que se remonta a 250-70 años desde entonces.
Pero no quiero dejar ningún cabo suelto en lo que significa y de donde viene el nombre “perifollos” en plural, “perifollo” en singular.
En botánica, es una planta hermana mayor del perejil, muy conocido como el perejil francés. Aunque su procedencia es del Cáucaso, se extendió mayormente por la Europa oriental, y como digo, muy utilizado en Francia para “emperifollar” o aderezar comidas, asados generalmente de aves y en ensaladas, preferentemente sin mezclar con otras plantas para que no pierda su fresco sabor anisado.
No se descarta, que esta planta y en alguna de sus diferentes variedades, estuviera por estos parajes o todavía esté, dando a finales de primavera unas llamativas pero discretas flores blancas y, superando al perejil en tamaño, llegando a alcanzar entre los 50 a 80 cm de altura.
En el caso del segundo puente sobre el ferrocarril, “El Puente del Chirro” o de “Los Muertos”, también se buscó el referente más cercano, utilizando el apodo de la familia que allí vivía, pero que es un apodo muy extendido, “El Chirro”.
También nos aproximamos a los dos siglos con el mencionado apodo, pues me cuentan descendientes del apodado, que al cruzar un río y teniendo vacas con sus crías, alguno de los terneros quedó rezagado en la otra orilla, con el riesgo por su miedo de caer al río, fue entonces cuando el mencionado personaje regresó cruzando las aguas para recoger “al Chirro”, lo puso sobre sus hombros y lo pasó a la otra orilla, quedando el nombre como “el que cargó con el chirro”, “el del chirro” y finalmente “El Chirro”.
Lo de “Puente de los Muertos” como forma optativa y posterior, se ajusta al paso obligado por aquél lugar hacia el cementerio con los difuntos, pero que por tradición, es el lugar donde se despedían a nuestros muertos rezándoles justo antes de cruzar el puente.
El paraje o espacio que hay en medio de ambos puentes, recientemente acondicionado como zona de recreo y paso de la actual “Vía verde”, se le denomina “El Seco” por considerársele tiempo atrás, zona de secano y no de regadío, extendiéndose hasta las mismas faldas de “la Peña Rubia”, incluyendo el montículo de la actual Plaza de Toros como el “Cabezo del Seco”.
Ya y hacia el este del “Puente de los Perifollos”, se encuentra el paraje del “Campico” a orillas de la propia carretera, que en su recorrido irá abriendo bifurcaciones hacia otros diversos parajes, entre los que se encuentra “El Toyo” o “El Tollo”, pues las dos formas son válidas.
El significado de este nombre, va desde su pronunciación con “y” griega en singular, “Toyo” que significa instrumento musical de viento compuesto por varios tubos de caña, sobre todo peruana o andina.
En plural “Toyos”, perteneciente a un apellido con escudo nobiliario de origen Asturiano.
Y por último, en su otra forma con dos eles, “Tollo”, que significa hondonada, hoyo o vaguada, en donde se pueden concentrar las aguas de otros puntos más altos. También es el nombre de una especie de tiburón.
Con la finalidad de resumir sus ubicaciones y significados de sus nombres, empezaremos por el “Puente de los Perifollos”, inaugurado en el año de 1925-27, y construido con la finalidad de dar continuidad al camino viejo del cementerio y al del Toyo, dejando el paso libre bajo sus muros al futuro tren que pasaría a partir del año 1933 hacia Caravaca.
Junto al mencionado puente, vivía una familia apodados “Los Perifollos”, tomando este nombre el puente como referente por su inmediata cercanía.
Fina, una señora de avanzada edad que sigue viviendo a escasos metros del lugar, resulta ser también descendiente de “Los Perifollos” y, me cuenta que en cierta ocasión, su tatarabuelo organizó una rifa o sorteo de un cordero con la finalidad de recaudar dinero para una fiesta, pero al parecer, se pasó un poco en adornar al animal para llamar más aún la atención, que en el lenguaje popular, se llama “emperifollar” o “emperifollarse”, quedando con el apodo por haberle puesto demasiados “perifollos” (adornos), cargando a partir de ahí como “el de los perifollos”, fecha que se remonta a 250-70 años desde entonces.
Pero no quiero dejar ningún cabo suelto en lo que significa y de donde viene el nombre “perifollos” en plural, “perifollo” en singular.
En botánica, es una planta hermana mayor del perejil, muy conocido como el perejil francés. Aunque su procedencia es del Cáucaso, se extendió mayormente por la Europa oriental, y como digo, muy utilizado en Francia para “emperifollar” o aderezar comidas, asados generalmente de aves y en ensaladas, preferentemente sin mezclar con otras plantas para que no pierda su fresco sabor anisado.
No se descarta, que esta planta y en alguna de sus diferentes variedades, estuviera por estos parajes o todavía esté, dando a finales de primavera unas llamativas pero discretas flores blancas y, superando al perejil en tamaño, llegando a alcanzar entre los 50 a 80 cm de altura.
En el caso del segundo puente sobre el ferrocarril, “El Puente del Chirro” o de “Los Muertos”, también se buscó el referente más cercano, utilizando el apodo de la familia que allí vivía, pero que es un apodo muy extendido, “El Chirro”.
También nos aproximamos a los dos siglos con el mencionado apodo, pues me cuentan descendientes del apodado, que al cruzar un río y teniendo vacas con sus crías, alguno de los terneros quedó rezagado en la otra orilla, con el riesgo por su miedo de caer al río, fue entonces cuando el mencionado personaje regresó cruzando las aguas para recoger “al Chirro”, lo puso sobre sus hombros y lo pasó a la otra orilla, quedando el nombre como “el que cargó con el chirro”, “el del chirro” y finalmente “El Chirro”.
Lo de “Puente de los Muertos” como forma optativa y posterior, se ajusta al paso obligado por aquél lugar hacia el cementerio con los difuntos, pero que por tradición, es el lugar donde se despedían a nuestros muertos rezándoles justo antes de cruzar el puente.
El paraje o espacio que hay en medio de ambos puentes, recientemente acondicionado como zona de recreo y paso de la actual “Vía verde”, se le denomina “El Seco” por considerársele tiempo atrás, zona de secano y no de regadío, extendiéndose hasta las mismas faldas de “la Peña Rubia”, incluyendo el montículo de la actual Plaza de Toros como el “Cabezo del Seco”.
Ya y hacia el este del “Puente de los Perifollos”, se encuentra el paraje del “Campico” a orillas de la propia carretera, que en su recorrido irá abriendo bifurcaciones hacia otros diversos parajes, entre los que se encuentra “El Toyo” o “El Tollo”, pues las dos formas son válidas.
El significado de este nombre, va desde su pronunciación con “y” griega en singular, “Toyo” que significa instrumento musical de viento compuesto por varios tubos de caña, sobre todo peruana o andina.
En plural “Toyos”, perteneciente a un apellido con escudo nobiliario de origen Asturiano.
Y por último, en su otra forma con dos eles, “Tollo”, que significa hondonada, hoyo o vaguada, en donde se pueden concentrar las aguas de otros puntos más altos. También es el nombre de una especie de tiburón.
Francisco Ortega Bustamante.
2 comentarios:
Bustamante, aún viven dos familias de Los Chirros: la de Martín y la de Juan.Junto al soterrado puente de Los Muertos.
Esperemos que pronto se acondicione el tramo de la Vía Negra.
Si Incisivo, ya se que viven allí, pero este escrito que hago, está también enfocado a la próxima publicación de un libro, es por lo a veces hablo en pasado y, refiriendome a los que arrastraron el apodo hasta nuestros días.
En cuanto al tramo de la vía negra, pero curiosamente pintado con tinta verde, esperemos que las negociaciones lleguen a buen puerto, aunque...hay por ahí cada pirata que no veas.
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