lunes, 1 de marzo de 2010

LA VOZ DEL SILENCIO.



LA INAUDIBLE VOZ DEL ALMA.

Los días son muy largos. Las noches se hacen eternas. Pero sin embargo, la vida avanza sin perdón como una vieja diligencia tirada por un puñado de caballos cuyo nombre son los años.

He mirado a mi entorno en las tinieblas de la noche intentando descubrir algo de luz artificial, pero tan sólo he descubierto en ese intento fallido que, la luz siempre la pone el alma plena de amor, y a mí, ya hace largos años que se me escapó ese maldito tren.

La estación de llegada puede ser cualquiera con nombres de parada como: felicidad, comprensión, cariño, emoción...pero la estación término se llama ¡Muerte!

A veces, ese puto tren no se detiene en ninguna de esas estaciones parada para que puedas apearte durante algún tiempo, llevándote sin más opción, a la ¡Muerte!

Si pudiera sacar mi brazo por una de sus ventanillas para poder agarrarme durante algún tiempo más a algo....


Autor: Francisco Ortega Bustamante.

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