Un buen cafe sólo o con leche, nos va a calentar un poco el frío motor de la noche, para empezar el día con las pilas puestas.
A veces, creemos que un café son cinco rápidos minutos, pero totalmente engañados, nos damos cuenta entonces que durante esos tres sorbos hemos podido dar los buenos días a alguien. Otros no se han podido levantar.
Alguien nos ha sonreido con la alegría de la frescura temprana. Otros, lloran la eterna partida de algún ser querido y muy cercano.
También bebemos muy rápido por llegar pronto, aunque luego hablemos en el pasillo durante largos minutos.
El estrés, nos produce tanto ahogo, que si quiere, nos puede tumbar para siempre.
Amigos, la vida es como un buen café, digno de saborearlo.
No te la bebas de un sorbo.
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