viernes, 5 de febrero de 2010

EGÍPTO, ES UN REGALO DEL NILO


Egipto no se comprende sin la presencia del Nilo. El noreste de África es un desierto pero el Nilo lo convirtió en una zona privilegiada. Gracias a sus sistemáticas crecidas, se forma el limo, tierra muy fértil para la agricultura. Gracias a un amplio sistema de canales y diques lograron hacer tres cosechas al año, dicha abundancia de alimentos hizo que el pueblo egipcio creciera y llegue a ser el gran imperio de oriente.

El Nilo, Alma del Nilo:


Este río, uno de los más grandes de todos los conocidos en el mundo antiguo, tiene sus fuentes en el corazón de África, en la región de los grandes lagos Alberto y Victoria y luego de bañar toda la zona ecuatorial africana, formando numerosos saltos y cataratas, penetra en Egipto.

Allí corre encajonado entre dos cadenas de montañas, la Líbica y la Arábiga: es el Alto Egipto.

Luego, al llegar el Nilo cerca de la ciudad de Menfis, se divide en 7 brazos principales formando su famoso Delta, de unos 100 Km. de largo y 500 de ancho: es el Balo Egipto, región muy fértil, de clima cálido y húmedo, y surcada de innumerables canales.

Finalmente, y tras haber recorrido más de 6.500 Km., el Nilo vuelca su voluminoso caudal de unos 13.000 ma por segundo en el Mar Mediterráneo.

Herodoto, famoso historiador griego del siglo y antes de Cristo afirmaba: “Egipto es un regalo del Nilo.” En efecto, si hay vida y riquezas en este país, ello se debe al extraordinario sistema de las crecientes periódicas de su río,

Cada año, apenas comienzan las grandes lluvias del verano en el centro del África, y el deshielo en los montes de Abisinia, el Nilo comienza a elevar rápidamente su nivel arrastrando consigo un manto de humus y de sustancias fertilizantes formadas por restos de plantas en descomposición. Al aumentar la creciente, el Nilo se desborda y. cubre todo el valle durante los meses de julio y agosto. Luego en los tres meses siguientes las aguas se van retirando poco a poco, dejando toda la región cubierta de una riquísima capa de limo negro.

Inmediatamente se procede a la siembra, y cuatro meses después se cosecha. Si la creciente ha sido muy buena, puede efectuarse una segunda siembra.

Los antiguos egipcios, que ignoraban las causas de estas crecientes periódicas, creían que el Nilo bajaba del cielo a causa de sus numerosas cataratas y le rendían culto como si fuera dios; durante la época de la creciente se entregaban a la oración y a fiestas religiosas en reconocimiento de su divinidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias amigo paco por esta mañana tan grande que me as dado, espero seguid escuchandote esos consejos que me das , que me hace ser mas grande hoy, me a encantado lo que me as hecho y llevas muchisima razon soy una persona primero lanzado y luego muy parado.

muchas gracias de corazon y a ver cuando nos volvemos a juntar de nuevo

rafa martinez portero

Francisco Ortega Bustamante dijo...

Gracias a ti socio, y ya hablaremos en otro rato.

Un saludo.

 
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