Antonio Sánchez Fernández, (el Paredes con un año de edad), en el Jardín del Convento el día de la Candelaria para ser bendecido con el resto de niños y niñas llevadas por las madres a la Función especial de ese día. Antonio ya se chupaba el dedo. Año de 1970.
Todas las madres con sus hijos en brazos, en el mirador de la Plaza, junto a las murallas del viejo castillo al salir de la Iglesia de Santa María Magdalena.
IMBOLC
La candelaria es la cristianización de una fiesta pagana muy anterior cuyo significado esencial era el de “”Fiesta de purificación”. Entre los romanos esta festividad adoptó una variante que hizo que se conociera como “Lupercalia” o “Fiesta del Dios Pan”.
RITUAL DE LA CANDELARIA:
La base de este ritual se centra en el tema de purificación. Podemos, pues, seleccionar un ritual destinado a la purificación, tanto si lo enfocamos hacia la eliminación de un hábito o situación negativa, una especie de “fin de ciclo personal” (incluyendo recuerdos que deben ser dejados atrás, lo que lo relacionaría con otro aspecto de Halloween), como si pretendiéramos la purificación física y, por consiguiente, el atraernos buena salud. Objetivo: Purificación, física o psíquica.
Materiales a emplear: Una vela blanca. Papel y lápiz o bolígrafo. Un recipiente resistente al fuego para quemar los papeles. Una vela blanca para cada participante, si se hace en grupo.
Celebración del ritual: Encenderemos la vela blanca diciendo: ¡Fuerzas de la gran Madre purificadora! ¡Poderes de la céltica Brigit, Señora de los alumbramientos y del renacimiento! En esta fecha, cuando la propia Madre sufre su purificación tras su cuarentena posterior al alumbramiento del Niño Dios Sol, yo… (Nombre)…os invoco para que descendáis sobre mí y os llevéis de mi vida aquello que me impide crecer y que escribiré en este papel que entrego al fuego purificador. Concededme mi ruego para que pueda avanzar en mi sendero libre de aquello que me obstaculizaba. ¡Así sea!
Hecho esto, escribiremos en el papel aquellas cosas que deseamos eliminar especialmente (no más de tres), a continuación doblaremos el papel en dos y lo quemaremos en la llama de la vela, dejándolo arder en el recipiente reservado a tal fin, hasta su totalidad. Diciendo: Así como arde este papel, así se consuman los obstáculos que bloquean mi camino y pueda, al fin, avanzar libre hacia mi destino.
Ahora podemos encender las velas de los presentes (si son varios) a partir de la vela inicial, dejándolas arder unos minutos y apagándolas luego, sin soplar, guardándolas para encender durante el año cuando necesitemos pedir algún deseo que tenga relación con la idea de purificación propia de este ritual, momento en que las encenderemos y, tras estar 15 minutos en meditación frente a ella, formulando una oración de nuestra invención conteniendo nuestra petición, la dejaremos arder hasta el final.
Acabado el ritual, permitiremos que la vela inicial arda hasta su total consumición. Realizando los oportunos “retoques”, este ritual puede realizarse para otra persona si así lo deseamos.
En Cehegin, existe la tradición, de llevar las madres a los hijos en brazos a la Iglesia el día de la Candelaria, para su bendición.
FRANCISCO ORTEGA BUSTAMANTE
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