La puerta del Cine Luzy, siempre un punto referente para casi todos, pues fue el centro de todo.
La Gran Vía entroncaba con la carretera de Murcia y, allí estaba él. Con las gentes que abarrotaban sus puertas en los fines de semana despues de pasar a diario para ver sus cateleras y, esperar al sábado o domingo para poder verlas en sesión continua desde las cuatro de la tarde, sólo o con los amigos y, si había algo de suerte, con novia, menudo privilegio.
En el descanso, todo el mundo a la repostería del Bar Luzy para tomar algún refrigério, aunque algunos salíamos a la calle para dar la vuelta y entrar al bar para comernos una ensaladilla y beber una cerveza rápida, pues empezaba la peli y la novia estaba sola, si podíamos, le comprábamos alguna empanadilla o pipas, para los nervios, ya sabes...
La Gran Vía entroncaba con la carretera de Murcia y, allí estaba él. Con las gentes que abarrotaban sus puertas en los fines de semana despues de pasar a diario para ver sus cateleras y, esperar al sábado o domingo para poder verlas en sesión continua desde las cuatro de la tarde, sólo o con los amigos y, si había algo de suerte, con novia, menudo privilegio.
En el descanso, todo el mundo a la repostería del Bar Luzy para tomar algún refrigério, aunque algunos salíamos a la calle para dar la vuelta y entrar al bar para comernos una ensaladilla y beber una cerveza rápida, pues empezaba la peli y la novia estaba sola, si podíamos, le comprábamos alguna empanadilla o pipas, para los nervios, ya sabes...
2 comentarios:
Aquellos maravillosos años de la gloria cinematográfica local.
Para quien tuvimos ocasión de vivir, incluso, la inauguración de aquéllos cines ya desaparecidos, si que fue una gran experiencia jamás olvidada y, coger la mano de tu novia por vez primera en las tinieblas de de cualquier película, sin precedentes.
Un saludo, incisivo.
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