miércoles, 2 de diciembre de 2009

COSAS DE CEMENTERIOS


Cuando se saca a la palestra cualquier tema de cementerios, a todo el mundo se nos ponen todos los pelos de punta, incluso a los calvos.

Hoy vamos a hablar muy poco, y lo haremos mencionando dos de las muchas historias recogidas y constatadas que los perros han protagonizado al fallecimiento de sus dueños o compañeros de fatigas, pues a lo largo de la historia, se ha demostrado con toda rotundidad la sensibilidad de estos caninos para olfatear, sentir o detestar de alguna desconocida forma, la presencia de la muerte o cualquier otro peligro inminente, al mismo tiempo su fidelidad a su dueño.

En la vecina población de Moratalla, existe una historia de este tipo, y que yo he podido documentarme de la veracidad de este hecho a través de diferentes personas de muy avanzada edad.

Al morir su dueño, el perro permaneció junto a él durante todo el velatorio sin separarse ni un instante, y cuando el sepelio avanzaba hacia el cementerio, el perro siguió a su dueño hasta su sepultura, permaneciendo junto a esta, durante once años más, hasta su propia muerte.

En la misma ciudad me cuentan, que hubo un perro, que curiosamente acudía y acompañaba a las gentes en todos los entierros, pero que alguien que al parecer estaba harto de verlo merodear siempre en los entierros, le propinó unas patadas para que se marchase, y me cuentan, que cuando murió este hombre, el perro no asistió a su entierro.

¡Que curiosidades!

3 comentarios:

incisivo&mordaz dijo...

Entre un perro y su dueño se puede establecer un vínculo emocional de dependencia extrema, de tal modo que el animal no puede estar sin aquel aunque halla muerto. El animal siente una inmensa fijación por su dueño.

Francisco Ortega Bustamante dijo...

Cierto es tu comentario, incisivo, aunque aún hoy en día haya personas tan cerradas a conocer de estos temas, que sin ser conscientes de ello, rozan la incultura, pues no significa que sean tontos, pero dejan claro que no quieren aprender más, o creen saber suficiente, cuando en realidad, este y otros mundos o submundos, aún tienen mucho que enseñarnos, y los perros más.

incisivo&mordaz dijo...

Hay leyendas urbanas sobre gente que ha visto fenómenos extraños en el cementerio viejo; allí en los panteones más viejos. La noche de las ánimas se presta a recoger en los recovecos del cementario ruidos, aromas e imágenes asombrosas.

 
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