La niña de los años 50 custodia las antiguas cerámicas, con sus pies sobre los viejos adoquines junto al Castillo de Cehegín.
El mercadillo "El Mesoncico" que se celebra cada últmo domingo de mes, (si el tiempo no lo impide), convierte a Cehegín en un hervidero de gentes venidas de todas partes y, no sólo para disfrutarlo y adquirir la diversidad de productos expuestos en cada uno de los tenderetes, sino, que también pueden degustar el producto de turno, como en este día lluvioso y frio, que de no ser por las hogueras encendidas para asar patatas y otras viandas, el tiritar de las gentes hubiera sido mayor. Lamentablemente, hubo de recoger todo antes de tiempo por la persistente lluvia acompañada de fuertes rachas de viento frío, que hizo insoportable la estancia en la Plaza del Castillo. Pero vamos a otro.
Yo me voy a permitir, con vuestro permiso, viajar en el tiempo hacia otros mercados de antaño, representados por inmortales fotos que retuvieron todo para que hoy podamos compartirlo.
Yo me voy a permitir, con vuestro permiso, viajar en el tiempo hacia otros mercados de antaño, representados por inmortales fotos que retuvieron todo para que hoy podamos compartirlo.
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