Es sabido, que en la víspera del día de todos los Santos, es muy frecuente, que los más jóvenes y supuestamente atrevidos, visiten las puertas de los cementerios al filo de la media noche.
Quizás, con el afán de experimentar una buena dosis de miedo o liberar adrenalina. Algunos lo celebran con el "botellón" y la música para espantar el miedo escondido detrás de una temblorosa sonrisa forzada por las mandíbulas apretadas y, otros con rituales de fuego poco recomendables en esos lugares.
Pero en el caso que nos atañe y, correspondiendo con este año, cuatro jóvenes quedaron encerrados en nuestro cementerio despues de su cierre por el encargado. Tres chicas y un chico de entre catorce a quince años, pudieron experimentar como se ve el cementerio desde el encierro en las tinieblas de la noche de halloween.
Despues de reiteradas llamadas a la policía municipal para que les sacaran de allí, y pensando ésta que se trataba de alguna gamberrada propia de la noche, se procedió a la apertura de las puertas para que salieran. Es más fácil entrar que salir de un cementerio.
Para celebrar esa mágica noche de fiesta, hay infinidad de formas, rituales bonitos y lugares emblemáticos, pues debemos saber y ser conscientes, que en los cementerios no queda nada de los que llevaron allí, tan sólo, el cascarón vacío de lo que una vez fuimos.
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