Algunas de las obras llevadas a cabo en el casco antiguo, concretamente en zona medieval, nos permiten ver como se remoza y embellece, al mismo tiempo que se acondicionan los accesos para locales y visitantes, que desde estos miradores de siempre, nos permiten ver mucho mejor todos esos encantos histórico-culturales que han estado sepultados y estancados durante largas décadas.
Ahora, ya vestidas con ropa de fiesta, (adoquines, mármol y alumbrado), se jalean a los cuatro vientos recuperando esa juventud que poseen, pero que estaba oculta bajo unos cuantos harapos de escombros, socavones, basura y situaciones intransitables.
Hoy, todos los vecinos, repito, todos, no tienen más remedio que admitir que era una necesidad imperante para nuestro pueblo arrastrada como lastre pegajoso de los años y el olvido.
Ahora, ya vestidas con ropa de fiesta, (adoquines, mármol y alumbrado), se jalean a los cuatro vientos recuperando esa juventud que poseen, pero que estaba oculta bajo unos cuantos harapos de escombros, socavones, basura y situaciones intransitables.
Hoy, todos los vecinos, repito, todos, no tienen más remedio que admitir que era una necesidad imperante para nuestro pueblo arrastrada como lastre pegajoso de los años y el olvido.
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